Los libros ilustrados siempre han sido mi debilidad, pues siento que dos artes diferentes se unen para dar al lector la mejor de las experiencias.
Neil Gaiman es uno de esos escritores que siempre escucho mencionar y que tenía el deseo de leer pero no había comprado o buscado absolutamente nada, así que, cuando fui a la Feria del libro de Santo Domingo y vi esta hermosura, no pude resistirme a comprarlo.
El libro es un retelling/crossover de los famosos cuentos de "La bella durmiente" y "Blancanieves", ilustrado majestuosamente (y cualquier otro adjetivo que sea sinónimo de este porque omg) por Chris Ridell.
Las protagonistas son las princesas que ya conocemos, sin embargo, son expuestas en esta obra como princesas independientes y que luchan por lo quieren sin necesidad de que un príncipe azul las rescate o en espera de un final feliz. Blancanieves es mostrada como "Su Majestad, la reina", mientras que la Bella durmiente es "La joven", dos mujeres que tarde o temprano se encuentra.
Aquella noche se acostó en un almiar, en medio del prado, con los enanos rodeándola, sin saber si volvería a despertar para ver otro amanecer.
Aunque este sea un libro con "temática" infantil, es necesario aclarar que este libro es completamente para jóvenes o adultos, pues la narración de Gaiman es cruda y directa, con términos que un niño, obviamente, no entendería.
Ahora bien, ya que mencioné la narración, debo decir que me enamoré al 1000% de la prosa de este escritor. Las comparaciones a la hora de describir los personajes, las descripciones de los lugares, además de los pequeños diálogos, fueron todos perfectos. Me atraparon de tal manera que no me despegué del libro hasta que lo terminé, literalmente.
Por otro lado, las ilustraciones fueron el plus más plus de todos los plus en la historia de los plus, no sé si me doy a entender. Chris ilustró el libro para que no sólo nos deleitemos con la historia, sino para que nos adentráramos al mundo creado por nuestro escritor. Las imágenes están a blanco y negro, con uno que otro destello dorado, dándole la sencillez y hermosura que muchos buscamos en las ilustraciones.
Nombres. Nombres. La anciana entornó los ojos y negó con la cabeza. Ella era ella, y el nombre que le habían puesto al nacer había desaparecido con el tiempo y la falta de uso.
Ahora ¿Por qué no le doy un 5 al libro? Sencillo, me quedé esperando más. No me sentí totalmente satisfecha y hubiese querido que el libro tuviese más páginas, que la historia se hubiese desarrollado mucho más porque, a mi parecer, se podía extender un poco más y explicar ciertos puntos que quedaron en el aire.
A la reina le había costado aprender a ser fuerte, a sentir sus propias emociones y no las de otra persona; pero quien aprende esa lección nunca la olvida.
En fin, La joven durmiente y el huso, escrito por Neil Gaiman e ilustrado por Chris Riddell, es una de esas historias cortas pero que encantan, con ilustraciones que le dan ese toque mágico y juvenil que se busca en una historia como esta.
Se puede elegir -pensó, tras un buen rato allí sentada-. Siempre se puede elegir.